El ajo (allium sativum) se emplea generalmente en el tratamiento de problemas tales como:

• Dolor de garganta crónico, resfriados comunes, la gripe.  
• Infecciones en los sistemas pulmonar y bronquial en general (bronquitis aguda y crónica, tos ferina, asma bronquial, sinusitis, catarro crónico).  
• Infecciones del intestino (incluso parásitos intestinales, y problemas tales como la candidiasis).
• La fiebre del heno y rinitis alérgica, y otras condiciones inducidas por alérgenos.
• Enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades metabólicas, la aterosclerosis, los niveles altos en la sangre de colesterol malo y de triglicéridos, la trombosis, la hipertensión y la diabetes.

MECANISMOS DE ACCIÓN

• Posee acción antibiótica, porque uno de sus principios activos llamado alicina, es mucho más potente que los antibióticos comunes, tales como la penicilina y la tetraciclina.
• Restablece las poblaciones naturales de bacterias beneficiosas (las que son a menudo eliminadas durante una infección o en el uso de tratamientos con antibióticos ortodoxos para tratar las infecciones).  
• Posee acción descongestionante y acción expectorante.
• Induce la transpiración en el cuerpo, lo que ayuda en la reducción de la temperatura corporal elevada, ayudando en el tratamiento de la fiebre.
• Reduce las grasas en la sangre y los niveles de presión arterial (porque reduce los niveles de homocisteína).
• Activa la fibrinólisis (degradación de las redes de fibrina formadas en el proceso de coagulación sanguínea, evitando la formación de trombos).  
• Suprime el sistema de coagulación, previniendo así la formación de trombos y es un potente inhibidor de la agregación plaquetaria.

EFECTOS SECUNDARIOS

La actividad anti-trombótica del ajo reduce el tiempo de coagulación de la sangre; lo que puede conducir al desarrollo de problemas de salud en los individuos que ya están en uso de aspirina, o medicamentos anticoagulantes

Registro Invima: PFTI202-0002021-R1